Hay fines de semana que piden salir y romper con la rutina, cambiar de aires y empaparse de cultura, buena comida y rincones con historia. Y cuando uno vive en Badajoz, lo tiene fácil ya que Córdoba está a tiro de piedra. No hace falta planear un gran viaje para vivir una experiencia enriquecedora; a menos de dos horas en coche, esta ciudad andaluza es un regalo para los sentidos, y cada vez más pacenses la eligen como destino para una escapada breve pero intensa.
La cercanía invita a improvisar, y lo cierto es que Córdoba siempre responde. Además, quedarse a dormir nunca ha sido tan cómodo, hay una oferta enormemente variada de
Hoteles en Córdoba, desde alojamientos con encanto en antiguas casas de patio hasta hoteles modernos bien conectados. Muchos de ellos están pensados precisamente para escapadas cortas, con precios ajustados y todo lo necesario para descansar tras una jornada caminando por calles empedradas llenas de historia.
Córdoba se recorre con calma… y con los ojos muy abiertos
La ciudad no necesita carta de presentación. Basta cruzar el Guadalquivir atravesando su maravilloso puente y mirar hacia la Mezquita-Catedral para entender por qué millones de personas vienen cada año, pero vivirla de cerca es otra cosa. Lo sabe quién ha pasado por sus columnas infinitas y ha sentido esa mezcla de asombro y recogimiento que solo provocan los lugares verdaderamente únicos.
Después viene el paseo por la Judería, como un laberinto de callejuelas que huelen a azahar en primavera y que conservan la esencia de otras épocas. En cada rincón aparece una reja con flores, una tienda de cerámica, una pequeña taberna donde probar un salmorejo inolvidable. Si hay tiempo, el Alcázar de los Reyes Cristianos merece una visita pausada, y extasiarse con sus jardines, sobre todo al atardecer.
Y lo mejor es que todo está cerca, muy cerca. Es fácil dejar el coche aparcado y moverse a pie. De hecho, muchos visitantes lo agradecen: caminar por Córdoba no es solo una forma de desplazarse, es parte de la experiencia.
Mucho más que monumentos
Aunque los grandes atractivos de Córdoba tienen siglos de historia, la ciudad no se ha quedado anclada en el pasado y su agenda cultural no da tregua. Desde la posibilidad de entrar en sus floridos patios en mayo, una explosión de color y tradición que atrajo a más de 900.000 visitantes el año pasado, hasta festivales de música, exposiciones, catas gastronómicas o rutas nocturnas, siempre hay algo que hacer. Y casi siempre, algo que disfrutar con calma.
La ciudad no abruma, se puede ver mucho en poco tiempo, pero también es posible tomárselo con tranquilidad. Y para eso, quedarse a dormir es un acierto, especialmente cuando uno encuentra alguno de esos Hoteles en Córdoba que están a escasos minutos de todo y permiten sentir la ciudad desde dentro, con la ventana abierta a un patio o con vistas a una calle silenciosa del casco antiguo.
Córdoba no compite, simplemente seduce. Puede que sea la luz, el silencio de algunos rincones, la forma en que el tiempo parece estirarse cuando uno pasea sin rumbo. Para los que vivimos en Badajoz, tener este patrimonio cultural y emocional tan cerca es un lujo que conviene aprovechar. Y lo mejor es que no hace falta buscar excusas ni grandes fechas, cualquier fin de semana vale.
¿La receta? Una mañana en la Mezquita, un paseo por la Judería, unas tapas bien servidas, una noche en uno de sus hoteles acogedores y, al día siguiente, otro rincón por descubrir. Y es que, en Córdoba, aunque ya hayas estado, siempre queda algo por ver.