La mayoría de conductores, antes de comprar un vehículo nuevo, necesitan deshacerse del antiguo. Con ello, obtienen una parte de la financiación que necesitan para hacer frente al pago. Ese es el momento en el que les surge la duda: ¿ cuánto vale mi coche ?. Desgraciadamente, la cifra no siempre es fácil de obtener. Aquí vamos a explicar cómo calcularla.
El valor venal de un vehículoEl valor venal de un coche es el primer mecanismo que se utiliza para determinar su precio. De hecho, es la herramienta básica que utilizan los tasadores y, sobre todo, los concesionarios y las casas de seguros. Sin embargo, es posible decir, de antemano, que va a proporcionar una cifra que, en la mayoría de los casos, es inferior a la real.
Dicha cifra se calcula utilizando valores estandarizados y aplicables a muchos automóviles diferentes. De hecho, la marca y el modelo son los dos primeros aspectos que influyen. Posteriormente, entra en juego su antigüedad, la cual se computa en base a su fecha de primera matriculación. También influyen las oscilaciones del mercado y, en menor medida, el estado de conservación.
Aquellos que han sufrido un siniestro o que han ido a un concesionario ofreciendo su coche para comprar uno nuevo saben muy bien qué es el valor venal. Generalmente, aparece recogido en tablas y se puede obtener fácilmente, incluso, a través de Internet.
La tasación, único método fiable para saber cuánto vale mi coche
Las tasaciones de vehículos son llevadas a cabo por profesionales certificados en talleres de mecánica y tras haber realizado un análisis exhaustivo de la situación del vehículo. En este sentido, como no podía ser de otra manera, parten del valor venal, pero van mucho más allá de este simple factor.
Una vez obtenido, revisan si el vehículo en cuestión está al corriente del pago de sus correspondientes impuestos y de si ha superado la Inspección Técnica de Vehículos o no. En caso de haberlo hecho, el precio sube. Después, continúan echando un vistazo al estado de la carrocería. Carecer de abolladuras y de pintura reciente son elementos que juegan a favor de la obtención de un mejor precio.
También se revisa si el mantenimiento se ha llevado a cabo correctamente. Cuántos kilómetros hace que se cambió el aceite y los filtros, el estado de las ruedas y el de los frenos son aspectos claves en este sentido. La tapicería y los extras influyen de igual modo.
Todo ello, extrapolado a la situación del mercado actual, hace posible obtener un precio bastante acorde a la realidad y que, por norma general, es superior al valor venal del vehículo. Además, contar con una tasación realizada sobre el coche es una enorme garantía que ofrecer a los interesados. Al fin y al cabo, a la hora de comprar un automóvil de segunda mano, siempre es interesante cubrirse las espaldas y tener un informe realizado por un especialista en el que apoyarse a la hora de tomar la decisión.