Desde el pasado 2 de noviembre la orquesta ha convivido con los pacenses y sus jóvenes miembros se han integrado en la ciudad plenamente, habitando las calles del casco antiguo y portando coloridos maletines de instrumentos que llamaban la atención de los viandantes. Si bien es cierto que este aspecto es algo usual en el casco antiguo de nuestra ciudad, debido a la ubicación de los dos conservatorios que dinamizan la vida del centro, durante la primera quincena del mes de noviembre se ha visto notablemente incrementado.

   Los encuentros que realizan los miembros de la JONDE son tutelados por profesores y dirigidos por directores de reconocido prestigio nacional e internacional. En esta ocasión el director invitado fue Álvaro Albiach, que ha sido director artístico de la Orquesta de Extremadura durante 10 años.

  El Conservatorio uperior de música Bonifacio Gil, en virtud del convenio de colaboración firmado con el INAEM, cedió espacios y recursos humanos para la realización de los ensayos parciales y facilitó el uso de instrumentos que fueron cedidos temporalmente para esta actividad. Fruto de esta relación surgen proyectos de colaboración que en breve verán la luz.

   Como es habitual, los encuentros culminan con la celebración de giras de conciertos que en esta ocasión se celebraron en Cáceres, Villanueva de la Serena y Badajoz entre los días 10 y 12 de este mes. El programa ofrecido fue realmente intenso: se inició con la Suite de danzas Sz. 77, compuesta en 1923 por Béla Bartók; seguidamente, Javier Comesaña, violinista ganador de la Jascha Heifetz Competition, interpretó el Concierto para violín n.º 1 en re mayor, Op. 19, de Sergey Prokofiev, compuesto en 1917. Para terminar, la JONDE abordó la Sinfonía n.º 7 en re menor, op. 70 de Anonin Dvorák, escrita en 1885.

   El público alabó la interpretación de tan exigente programa y ofreció una calurosa ovación que motivó la interpretación de dos propinas que cautivaron al auditorio.