Eugenio Hermoso (Fregenal de la Sierra, 1883 - Madrid, 1963), pintor por antonomasia del costumbrismo extremeño, tiene en su temprana obra de gran formato “La Juma, la Rifa y sus amigas” de 1906, una de las piezas fundamentales dentro de su trayectoria pictórica, no solo por los galardones que obtuvo gracias a ella, sino también como consecuencia de lo que significa en la forma de hacer del artista dentro de unos avanzados postulados para el momento de su ejecución, los cuales describió años más tarde en su autobiografía firmada con el seudónimo de Francisco Teodoro de Nertóbriga.

Aunque la pieza, premiada en dos Exposiciones Nacionales, debería haber pasado a formar parte de los fondos del antiguo Museo Moderno, el cambio en el reglamento de adquisiciones del mismo hizo que la pieza nunca pasase a propiedad de dicha institución. Hermoso haría patente su pesar en su autobiografía, lamentando haberla finalmente “malvendido” a un particular.

La obra participó en el año 1999 en la exposición dedicada al pintor en el Museo de Bellas Artes de Badajoz, y desde el 30 de abril de 2013 se encontraba en depósito en el MUBA gracias a la generosidad de su anterior propietaria, la sevillana Isabel Rodríguez de Quesada y Tello. En mayo de 2018, tras la comunicación por parte de la propietaria de la venta de la obra, la pieza pasó a ser propiedad de Eduardo Ramos Fernández de Soria, quien de manera altruista y espléndida consideró continuar con el depósito en el MUBA, gesto que habla por sí solo de la personalidad generosa del coleccionista pacense.

El nuevo propietario consideró la necesidad de intervenir en la nueva pieza de su colección financiando su restauración, hecho que permitirá al público seguir un proceso hasta ahora nunca visto en el MUBA. La restauración se va a llevar cabo en la propia sala de exposición permanente estando a cargo de la misma Ricardo Pereira Kantowitz.

La intervención de conservación y restauración en el lienzo no solo busca una intención estética, sino que tiene un carácter científico que permitirá una mejor conservación tanto del soporte como de la película pictórica. Antes de iniciar el proceso, se realizaron los estudios previos de análisis de materiales originales así como fotografías con luz rasante y ultravioleta, de manera que los materiales empleados en su restauración se adecuarán a las características específicas de la obra y siguiendo la metodología establecida en los tratados internacionales de conservación y restauración de obras de Arte.