Este fin de semana Valverde de Leganés, celebra la XVI edición de la fuga de La Diabla, esta fiesta valverdeña, que tiene sus orígenes entre los siglos XV y XVI y que representa la lucha entre el bien y el mal personificados en las figuras de San Bartolomé y La Diabla, respectivamente.
 
Se trata de una fiesta única y diferente en el verano extremeño que se mueve entre la tradición, la leyenda y el espectáculo manteniéndose ininterrumpidamente gracias al apoyo desinteresado de todo el pueblo y la colaboración del ayuntamiento, la Diputación de Badajoz, y la Junta de Extremadura.
 
 Con un sentido lúdico-teatral, este evento declarado Fiesta de Interés Turístico Regional, aúna elementos mágicos y misteriosos como telón de fondo, ya que en un momento dado, la Diabla huye de la torre de la Iglesia donde está prisionera con el único objetivo de atacar a lugareños y visitantes que se encuentran en su camino.

  La encapuchada de rostro cadavérico, ayudada por otros seres malignos, intenta entrar en las casas de los vecinos. Se hacen imprescindibles las cruces de Caravaca o calabazas y sandías con una vela en su interior para espantarla…

 Todo este ritual forma parte de una fiesta muy antigua que concentra a todo el pueblo a un lado de la iglesia, alrededor del fuego. En ese momento el personaje principal se escapa y comienza un recorrido frenético por las calles de la localidad que culmina en la plaza principal.

Familias enteras se disfrazan esa noche para ambientar las calles y recrear ese clima de misterio y miedo tan característico de esta fiesta.

El programa se completa con conferencias, talleres infantiles, pasacalles, mercado mágico, desfile de niños poseídos o la Ruta nocturna del terror este martes 14 de agosto donde más de 600 personas recorrerán 10 km con sorpresas durante el trayecto.

El año pasado hasta 9.000 personas visitaron la localidad, procedentes de toda la región. En esta edición se espera una masiva participación, por el momento, todos los hoteles del entorno están ocupados para esa fecha.